Estado de Ira surge de un proyecto de experimentación teatral denominado, un tanto pomposamente, Ostinato Rigore. Tomando como excusa el mundo de los actores la pieza busca indagar y preguntarse sobre los mecanismos de la representación teatral y los "saberes" que circulan en el ámbito actoral, a través de un lenguaje ligado al absurdo y al equívoco.
El trabajo de la obra se orientó hacia la generación de una trama que fuese desplegándose por medio de la acción pura. Una acción que no intentase develar nuevas verdades sino que, por el contrario, hiciera pie en el conflicto que puede surgir al querer capturar y definir "aquello" que insiste en mantenerse insondable, el misterio del hecho teatral.