En una ocasión para el cumpleaños número cuarenta de mi hermano mayor me tocó recoger con mi auto a una mujer que nos cuidó de niños, y durante todo el viaje me fue relatando historias de mi infancia que yo no recordaba y que en realidad aún no recuerdo. Lo que más me conmovió era lo vivo de esas historias. El detalle con que ella recordaba me hacía sentir tan desagradecido. Eran momentos fundamentales y yo no los recordaba. Esto me hizo pensar en lo desparejo de ese tipo de amores. De quienes cumplen un rol profesional pero afectivo y que fácilmente pueden quedar en el olvido. También en la forma que toma en nosotros la solidaridad. ¿Qué es ser solidarios para nosotros?
Creo que la tragedia moderna habita en la desconexión que sufrimos frente al dolor de los demás. Frente al amor de los demás. La solidaridad muchas veces toma forma de calmante para nuestra propia incomodidad. En esos casos estamos siendo solamente solidarios con nosotros mismos.